domingo, 30 de diciembre de 2007

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Los cinco «culpables» del fracaso escolar

El modelo Logse, la ausencia de esfuerzo, la falta de autonomía docente, planes fallidos y familias, detrás del mal resultado Desde 1974 España se ha instalado en un fracaso escolar de entre el 26 y el 37 por ciento. La solución: cambiar leyes.
Mar Villasante
MADRID- El último informe PISA ha vuelto a poner de manifiesto las debilidades del sistema educativo en España, que sufre el mayor retroceso en Educación de toda Europa. En 2005, el casi recién estrenado Gobierno socialista se sacudía las culpas del fracaso en los supuestos errores de sus antecesores. En 2007, tras casi cuatro años de mandato, el problema resulta ser del escaso nivel educativo de los padres. «Hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que teníamos», decía sin ambages el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
1 Sin embargo, la comunidad educativa en pleno coincide en apuntar, como uno de los principales detonantes de la situación, a los permanentes cambios legislativos, que han provocado seis reformas educativas en apenas 30 años de Democracia. Y pocos se resisten a reconocer los efectos devastadores del sistema de la Logse, que ha ido degradando el nivel académico de varias generaciones y aumentando la cifra de estudiantes que abandonan el sistema sin terminar siquiera la Educación Obligatoria, nada menos que un tercio en la actualidad. El caso es que los profesores se lamentan de la falta de exigencia, esfuerzo y disciplina que ha provocado una progresiva degradación de la enseñanza y un desgaste del profesorado en la última década. Mientras, las universidades se quejan de que los jóvenes llegan con una formación escueta que les hace bajar el listón. Y todo ello, lógicamente, repercute en el potencial humano y económico de la sociedad.
2 La enseñanza comprensiva, la promoción automática (los alumnos pasan de curso con suspensos), la eliminación de las pruebas extraordinarias de recuperación o la falta de medios son algunos de los «pecados» que se le atribuyen a una ley ya proscrita. Los profesores reclaman medidas de choque para corregir el elevado índice de absentismo en las aulas, los niveles de agresividad y violencia, la situación de fracaso y bajo rendimiento escolar, medidas de apoyo al alumnado más desfavorecido, de colaboración entre la familia y la escuela, de incentivo a la labor del profesorado. En su lugar, la recién estrenada Ley Orgánica de Educación (LOE) resucita algunos de los errores de la Logse, como la escasa atención a las materias básicas e instrumentales (lectura, escritura o resolución de problemas), la falta de profundización en el conocimiento de conceptos y procedimientos, la promoción automática sin tener en cuenta los niveles de conocimiento, la pérdida de valores morales y éticos o la falta de medidas eficaces para mejorar el clima de indisciplina escolar, señala el secretario de Organización del sindicato de profesores Anpe. Para paliar el fracaso escolar, la LOE introduce pruebas de diagnóstico para comprobar el nivel en Primaria y Secundaria, pruebas extraordinarias de recuperación, programas de refuerzo de las capacidades básicas, de diversificación curricular (enseñanzas adaptadas a los alumnos más atrasados) y el establecimiento de ocho competencias básicas en comunicación lingüística, matemáticas o autonomía personal. El problema, nuevamente, reside en que «cualquier reforma se quedará sólo en palabras sin los recursos suficientes y al margen de los profesores», advierten los docentes. Los sucesivos gobiernos no han fomentado políticas económicas de ayuda y apoyo a los centros que escolarizan alumnos con mayor riesgo de abandono; faltan especialidades específicas en todas las carreras de magisterio, tampoco hay suficiente profesorado de apoyo, existe un problema de integración de los inmigrantes y en zonas marginadas con altas tasas de paro y, lo peor, los alumnos se encuentran desmotivados. Un problema «grave y frecuente», indica Javier Carrascal, secretario de Organización del sindicato de profesores Anpe, que se agrava en Bachillerato y Formación Profesional, adonde los alumnos muchas veces llegan «forzados» por la familia y por la sociedad.
3 Ante la alarmante situación, el Ministerio de Educación ha puesto en marcha con las comunidades autónomas tres programas de refuerzo. El primero fue el Plan de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA), que desde 2005 hasta la fecha se ha implantado en 2.500 centros de toda España. Para Primaria, proponía programas de refuerzo y apoyo a alumnos con dificultades que impartirían profesores del centro en horario extraescolar (dos horas, cuatro tardes a la semana para grupos de entre cinco y diez alumnos) y otro de acompañamiento escolar que consistía en que los alumnos mayores realizasen tutorías con aquellos que necesitasen ayuda en el estudio. Para Secundaria se proponían también programas de acompañamiento y de refuerzo, además de otras iniciativas para mejorar la convivencia e integración de los alumnos con mediadores socioeducativos o reforzar las bibliotecas escolares. Los alumnos que participasen en el programa de acompañamiento recibirían una contraprestación económica. Educación hizo un balance en abril en el que destacaba la satisfacción de los centros, familias y alumnos implicados, con resultados en la mejora de los hábitos y técnicas de estudio, la lectura, la asistencia a clase o la integración social de los escolares. Los profesores dicen desconocer ningún informe o evaluación de unos programas que han supuesto un desembolso superior a los nueve millones de euros. Hace dos semanas, el Ministerio anunció la creación de dos nuevos planes para reducir el fracaso escolar. Por un lado, el Programa de mejora del éxito escolar y, por otro, el Programa de lucha contra el abandono escolar temprano. Se tratará de reforzar las capacidades de los alumnos y potenciar la diversificación curricular en Secundaria. De momento, son intenciones.
4 Uno de los datos más preocupantes del informe PISA se refiere al descenso generalizado en los resultados en comprensión lectora. De hecho, una queja recurrente entre los docentes españoles se centra en que gran parte de los alumnos tiene dificultades para comprender las ideas y conceptos contenidos en los textos, y para asimilarlos. Por eso, al margen de los planes de refuerzo, los centros tiran de su margen de autonomía para impulsar medidas propias. La LOE reconoce la capacidad de los centros, de acuerdo con su proyecto educativo, de ampliar el horario semanal para disponer de más tiempo y flexibilidad para impartir el currículo oficial o adoptar planes de trabajo o formas de organización. Así, por ejemplo, los colegios de FERE realizan cursos de animación a la lectura en los que participan editoriales. También revelaba el informe una clara diferencia de resultados entre los colegios públicos y los privados. Para el secretario general de las escuelas católicas, Manuel de Castro, la clave está en que los privados tienen un proyecto educativo definido. La dirección de empresa privada, añade, ofrece las ventajas de una «autoridad reconocida» y un mayor margen para tomar medidas cuando las cosas no funcionan, que, en los colegios públicos, se ralentiza.
5 De Castro destacó que las leyes son un condicionante importante ante el fracaso, pero las administraciones, dijo, deben dar estabilidad; las familias, colaborar; los alumnos, esforzarse; y los docentes, fomentar la formación continua. En el caso de la familia, los profesores no creen, como Zapatero, que el nivel educativo de los padres sea tan determinante. En lo que están de acuerdo es en que deben colaborar en la educación de sus hijos, ayudarles en sus tareas y fomentar el respeto al docente. En definitiva, «conciliar» e imponer en casa la disciplina que se trasladará a las aulas.
El Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza denuncia que España sólo invierte el 4,7% del PIB en educación, un 1,1 por ciento menos que la media de la OCDE. El 20 por ciento de los alumnos tiene un rendimiento bajo o muy bajo; el 75 tiene rendimientos medios y altos y el 5 es calificado de excelente.

martes, 11 de diciembre de 2007

La madre de las independencias

POR ENRIQUE SERBETO
BRUSELAS.
El referéndum de independencia de Montenegro en mayo del año pasado fue la campanada de salida de un proceso que la proclamación de Kosovo como Estado independiente podría hacer entrar en una deriva extremadamente peligrosa. Montenegro había tenido una historia independiente en el pasado reciente, y era jurídicamente una de las entidades federadas en la vieja idea de Yugoslavia. Su separación de Serbia, con la que comparte lengua, historia y religión, hubiera podido no producirse, pero era una opción que estaba sobre la mesa y que finalmente tuvo lugar, por suerte, sin traumas.
El caso de Kosovo ha sido diferente. Desde el punto de vista jurídico o administrativo, Kosovo nunca fue más que parte de Serbia, igual que la provincia de Vojvodina, poblada de una mayoría húngara y que podría utilizar el precedente de Kosovo para seguir el mismo camino. Por eso, los gobiernos de Rumanía y Eslovaquia (que también albergan minorías húngaras) han sido muy reticentes en esta discusión en el seno de la UE, a pesar de que en su caso, todos están dentro de la Unión Europea y no es previsible que Hungría se dedicase a alentar los sentimientos nacionalistas en territorios de sus vecinos.

Catalanes y flamencos
Naturalmente, la curiosidad sobre la suerte de los kosovares no es solamente una característica de los pueblos del Imperio Austrohúngaro. Hace una semana se celebró en Bruselas una reunión entre el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Josep Lluis Carod-Rovira y el presidente de la región belga de Flandes, el democristiano Kris Peeters . Los nacionalistas flamencos están siguiendo muy atentamente lo que pasa en Kosovo, sobre todo en estos tiempos de incertidumbre en Bélgica -hoy se cumplen seis meses de crisis sin haber logrado formar un Gobierno federal- y hablan cada vez más abiertamente de la muerte del Estado que les une a los valones. Los nacionalistas catalanes contemplan con tanto interés el proceso de Flandes como el de Kosovo. Una visita por las páginas web de los movimientos nacionalistas mas o menos independentistas del Pais Vasco, Escocia, Córcega o Bretaña da una buena medida de la extraordinaria atención que le prestan al fenómeno balcánico. Los escoceses han llegado a asustar a los electores británicos, pero teniendo como primera fuerza política a un partido nacionalista que pide abiertamente la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, la puerta abierta que deja el debate sobre Kosovo se agranda.
Francia, sin embargo, no ha mostrado por ahora ninguna inquietud sobre posibles repercusiones. Tradicional aliado de Serbia, París vive ahora un período nada dulce con Belgrado, al que hace pagar las deudas particulares de la guerra.

La inquietud de Chipre
Pero, a quien más le preocupa es al Gobierno de Chipre, en una situación que considera extremadamente amenazante para sus intereses. El argumento más sólido que han encontrado los servicios jurídicos del Consejo Europeo y el Departamento de Estado de EE.UU. a favor de los kosovares es que desde los bombardeos de 1999, el Gobierno de Belgrado ha dejado de tener control administrativo efectivo sobre este territorio. En el caso de Chipre, la interrupción de su control en una parte de su territorio es una realidad desde 1974, tras la invasión turca, lo que, según los argumentos de Kosovo, llevaría a reconocer que el norte de la isla es «independiente de facto». Para Chipre, además, la elección presidencial de febrero puede suponer un factor de presión a la hora de resistirse a aceptar los hechos consumados en Kosovo. El actual presidente, Tassos Papadopoulos, recibió ayer al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ivanov, cuyo Gobierno es el principal apoyo de Serbia en esta cuestión y el que muy probablemente vetará un reconocimiento de la independencia en el Consejo de Seguridad.
Ivanov advirtió la semana pasada en una reunión ministerial de la OTAN dedicada a Kosovo que la declaración de independencia de esta provincia sería «un peligroso precedente» para muchos casos, «y no sólo en los Balcanes, sino en toda Europa». Rusia quiere asustar sobre el mal uso que se puede hacer de esta separación que se le impone a Serbia ahora, y que tal vez sea en su día utilizada para imponer otras soluciones. Sin mencionarlas, el ministro ruso se refería claramente a lo que puede suceder en países occidentales como España, Francia, Bélgica o la misma Gran Bretaña, pero pensando a su vez en los casos de las regiones separatistas en su área de influencia (Abjasia, Osetia del Sur, Transdnistria, Crimea...). En los servicios de análisis del Consejo Europeo se ha pensado siempre que Rusia no llegaría muy lejos por miedo a que también se aplicase el mismo criterio separatista en el caso de Chechenia. Pero en Moscú no piensan lo mismo y en esto están dispuestos a hacer pesar su fuerza en el Consejo de Seguridad de la ONU.

En los Balcanes
Sin embargo, las primeras consecuencias que ha de tener la independencia de Kosovo se producirán muy probablemente en sus alrededores. Lo más probable es que la Comunidad Internacional se vea en la obligación de decidir qué sucederá cuando los serbios del norte de Kosovo hagan respecto a Pristina lo mismo que los kosovares han hecho respecto a Belgrado: escindirse. Al fin y al cabo, la autoridad de los kosovares tampoco tiene efecto ni es reconocida en esta parte de Kosovo. También los serbios de Bosnia podrían utilizar los mismos argumentos: obligados a permanecer unidos en el seno de un estado multiétnico difícilmente viable, los serbios de la República Srpska abrirán sin duda el avispero de las fronteras en el interior de lo que fue la antigua Yugoslavia, en un proceso en el que no se librarán ni Croacia -que puede salir ganando- ni Macedonia.
La constatación de que el estatus actual es insostenible es otro de los argumentos centrales. Lo malo es que eso da alas a fuerzas perversas que aquí y allá son especialistas eficaces en convertir una situación más o menos estable en insostenible. Y con la independencia de premio, no hay mejor aliciente.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Buen resumen de estos tres últimos años en este Día de la Constitución.

Ningún nacionalista, salvo CiU, celebra hoy el aniversario de la Constitución

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió al llegar al cargo una serie de reformas legales para que los nacionalistas pudieran sentirse cómodos en la España constitucional. Agotada la legislatura -con un proceso de reformas estatutarias de por medio-, el objetivo del líder del PSOE no sólo no ha sido cumplido, sino que el desafío nacionalista ha aumentado en estos tres años y medio.
Los actos conmemorativos del día de la Constitución que el Congreso de los Diputados celebra hoy (los últimos de la legislatura) servirán para dejar claro que los nacionalismos no se sienten ahora más «cómodos» que en 2004. A excepción de CiU -que sí suele asistir a este tipo de actos por su compromiso con la gobernabilidad del Estado desde la transición y, sobre todo, durante la década de los noventa-, ningún partido nacionalista se dignará a acudir a la Cámara Baja para celebrar el aniversario de la Constitución.

Conmemoración más austera
Como en ocasiones anteriores, volverán a faltar representantes de ERC, PNV, BNG, EA y NB -todos ellos socios habituales del PSOE durante esta legislatura- por su desacuerdo con la Carta Magna. El único aliado de los socialistas que estará presente en el Congreso será Izquierda Unida.
Pese a todo, la conmemoración institucional estará marcada por el fallecimiento del guardia civil Fernando Trapero, el agente tiroteado por ETA el sábado pasado en Francia junto a su compañero Raúl Centeno. Nada más conocerse la muerte del agente, el Congreso anunció que suspendía el cóctel que habitualmente se sirve en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara, a fin de dar a la celebración un carácter más austero e institucional. No obstante, se mantiene en la agenda tanto la recepción de los invitados como el discurso del presidente del Congreso, Manuel Marín.
Un día antes de la celebración -y a tres meses y medio de las elecciones-, los dos partidos mayoritarios se encargaron ayer de calentar el ambiente. El PSOE hizo público un manifiesto en el que acusa al PP de «obstrucción sistemática del mandato constitucional y afrenta al derecho de los ciudadanos» por bloquear -en su opinión- la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Los socialistas añaden que esas conductas «lesionan el prestigio y la credibilidad» de las instituciones. «El fortalecimiento de la democracia pasa por que el nombramiento de las personas que deben servir a los órganos constitucionales sea concebido como una función institucional de primer orden y no como una prebenda al servicio de intereses partidarios», añade el manifiesto del PSOE.

Valores y símbolos nacionales
Por su parte, el PP presentó en el registro de la Cámara una iniciativa en la que se pide que el Congreso reafirme su compromiso con los símbolos nacionales. Los populares aprovecharán su última interpelación al Gobierno de esta legislatura para emplazar a los socialistas a explicar qué medidas han adoptado y cuáles piensan poner en marcha para «fortalecer los valores y símbolos que unen a los españoles» que, a su juicio, sufren un «constante debilitamiento» como consecuencia de la decisión del jefe del Ejecutivo de abordar «cambios esenciales» en el modelo de Estado contando únicamente con el apoyo de los «nacionalismos radicales».

Trío kosovar en Madrid

Han estado en Madrid los tres hombres capitales del nuevo Kosovo que va a ser el último estado independiente en surgir del desmoronamiento de la antigua Yugoslavia. Se trata, según el convencimiento de la inmensa mayoría de los miembros de la Unión Europea, de cerrar definitivamente las cuestiones fronterizas en los Balcanes y abrir una nueva página en la que todos, pero especialmente Belgrado y Prístina, como antes hicieron Liubiana (Eslovenia), Zagreb (Croacia), Sarajevo (Bosnia-Herzegovina), Skopje (Macedonia) y Podgorica (Montenegro) asuman pasado, presente y ante todo un futuro en común tras las desdichas de las pasadas décadas. El presidente moderado Fatmir Sejdiu, el nuevo primer ministro, reciente vencedor de las elecciones y exlíder guerrillero del UCK, Hashim Thaci y el imprescindible Vetton Surroi, el cerebro negociador de este largo peregrinaje que comenzó en 1991 con la declaración de independencia de Eslovenia y Croacia y pasó por varias guerras y la última operación genocida de Slobodan Milosevic, llegaron a Madrid para contarle al ministro de asuntos exteriores español, Miguel Angel Moratinos, cuales son sus intenciones.
Ahora ya está claro que no habrá un acuerdo negociado entre Serbia y Prístina por imposición expresa de la Rusia de Vladímir Putin que impedirá una resolución del Consejo de las Naciones Unidas sobre la base del plan elaborado por el expresidente finlandés Maahti Athisaari. Todos agradecen el papel jugado por Moratinos en la presidencia de la Organización para la Cooperación en Europa (OSCE) que saben no le ha podido resultar fácil porque el resultado se aleja de los resultados que en un principio les habría parecido ideal a la diplomacia española. Pero aplauden su realismo y dan por hecho que España no se distanciará ya de la práctica totalidad -al margen de reticencias chipriotas, griegas y eslovacas- de los 27.
El presidente, el primer ministro y el veterano negociador Surroi, hijo de un embajador yugoslavo muerto en España en extrañísimas circunstancias hace tres décadas, se reunieron ayer en Madrid con ABC para explicar lo que, en su opinión y en perfecto acuerdo entre ellos pese a sus diferencias ideológicas, debe ser una hoja de ruta sin sobresaltos y en plena coordinación con Estados Unidos y la Unión Europea.
«Habrá una proclamación de independencia que estará coordinada con los aliados en la comunidad internacional para la que aún no hay fecha exacta», según el presidente Sejdu pero que «no puede ya postergarse mucho», en palabras de Thaci, vencedor de las elecciones y hoy sin duda el hombre fuerte en el nuevo estado. «La sociedad no puede desarrollarse en esta situación de precariedad» jurídica internacional, señalaba ayer Surroi. Se asumirá de forma completa, dijo, todo el Plan Ahtisaari con el despliegue de garantías para las minorías y especialmente la serbia en el norte del país. «No habrá ninguna acción precipitada ni unilateral», insistieron y coincidieron también en que sus previsiones respecto a la reacción de Serbia y Rusia no son alarmantes.
Y minimizan las posibilidades de las fuerzas ultranacionalistas serbias de abrir otros frentes en los Balcanes. «Sí, han aparecido pancartas pidiendo ayuda a Putin en Banja Luka (capital de la región serba de Bosnia) y amenazan con crear ese efecto del conflicto bélico «congelado» como los que tienen los rusos en el Cáucaso, pero los intereses en Europa harán que pronto Kosovo sea un factor de estabilidad en los Balcanes».
En todo caso e independientemente de sus últimas conversaciones antes de que el próximo lunes concluya el plazo de reintento negociador impuesto por la ONU, los tres se mostraron ayer muy firmes en su decisión de que no habrá más retrasos porque Kosovo necesita para sobrevivir un status quo definitivo en el que ser fuerza activa. En algo más estaban de acuerdo los tres protagonistas de la independencia de Kosovo y es que la presión de Rusia no es un problema kosovar sino de la Europa libre. «También allí están intentando tener un veto sobre la política de los europeos. Europa debe demostrar que ese veto sobre la voluntad europea no existe». Hermann Terstch. ABC. 6 de diciembre de 2007

La UE se prepara ante la independencia de Kosovo

Los dos millones de kosovares -el 90% de origen albanés y el resto servios, turcos o gitanos- que conviven en una provincia del tamaño de Asturias abrirán en pocas semanas una crisis diplomática para EEUU, la UE y Rusia. La primera modificación de fronteras desde la II Guerra Mundial contra la voluntad del país afectado parece inevitable tras la última ronda negociodora fallida. Los aliados de la OTAN debatirán mañana cómo afrontar la tensión con Moscú y Belgrado. Los europeos ya asumen que tendrán que reconocer la independencia kosovar, aunque itentan retrasarla a la primavera, para que no peligre la reelección del moderado y europeísta Boris Tadic en las elecciones presidenciales de principios de año. El Mundo.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Pascal Bruckner sobre el "mal francés".

El día a día de lo que ocurre en España, no nos debe ocultar lo que pasa al otro lado de los Pirineos. Hoy, en El País, Pascal Brucker ha escrito uno de los mejores análisis que he leído sobre que está en juego -a nivel de toda Europa- en los enfrentamientos entre Gobierno y sindicatos en Francia. A leer con atención. (Ver artículo)
Sobre estos temas ya hemos dejado constancia aquí y aquí.